El mundo de Lúa nació por casualidad.
La culpable fue una diadema para el día de mi boda. Quería un complemento para el pelo original, que no me costara un riñón y que pudiera recordar para el resto de mi vida.
Pero el tiempo pasaba y no encontraba nada que me gustara, así que creé mi primer complemento único: la diadema de mi boda, de flores de alambre, con las hojas pintadas una a una y perlitas incrustradas.
Los primeros diseños fueron sencillos, pero poco a poco fui introduciendo la pintura artesanal y la resina en la elaboración de las piezas, creando así productos únicos, exclusivos e irrepetibles.
No se trata de un proceso sencillo ni rápido, pero sí entretenido y muy creativo, porque es imposible hacer dos piezas exactamente iguales. Parecidas tal vez, iguales, nunca.
También elaboro otros complementos que, aunque no estén pintados, sí se montan uno a uno, con diseños únicos. Se trata de piezas irrepetibles o que tienen una producción muy limitada.
Y todo ello bajo la atenta mirada de Lúa, nuestra Golden, que enseguida se puso manos a la obra y decidió ser la imagen de la marca.
Desde 2020, El mundo de Lúa es una marca registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas.
Por si piensas que mis herramientas de trabajo son los pinceles, tengo que decirte que nada más lejos de la realidad. Pinto con palillos, agujas o palitos, buscando el movimiento de un color dentro de otro y la explosión que produce esa combinación, en piezas muy pequeñas.
En ocasiones, además, introduzco otro tipo de elementos, como flores secas, conchas, estrellas de mar o piedras mini, entre otras cosas.
¡Cada pieza es un reto único que disfruto creando de principio a fin!